Aguardo el domingo como lo que es, un día de fiesta pero ¿saben ustedes qué es lo mejor – para mí – de esa fiesta? Se lo diré, los escritos del inimitable Pérez Reverte. ¿Cómo puedo estar tan de acuerdo con este deslenguado? Lo mismo consigue hacerme reír que acordarme de toda la familia de muchos desgraciados.
Si no fuera porque tengo 37 años, diría que de mayor quiero ser como él. ¡Quién sabe! ¡Quizá en una próxima vida!
Don Arturo, no creo que usted llegue a leer esto pero como las casualidades, sí que existen, tengo que decirle que es “una enciclopedia con patas” y que me extraña que sólo haya recibido la queja que reproduzco más adelante, por escribir – dar un par de ostias –
Queja: «Ante la reiterada y continua vulneración de los más elementales principios de respeto a la fe cristiana de los lectores, pisoteando, mancillando, agraviando y ultrajando a la Sagrada Eucaristía con su léxico blasfemo, irreverente, procaz y grosero, ruego sean subsanados y reparados hechos y situaciones de este cariz y contexto».
A este señor o señora, habría que decirle que la abstinencia sexual no es buena.
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